Entrevista exclusiva (y falsa) a Íñigo Errejón

Fotografía de Marta Jara

Íñigo Errejón (Madrid, 1983) me cita en un local alternativo ecofeminista libertario donde solo sirven zumos extraídos de frutas que han sido tratadas de usted por las agricultoras. Me pido uno de naranja que cuesta 17 euros con cincuenta céntimos. Al darme el cambio, la camarera parpadea muy rápido varias veces. Es código morse. Dice: «mátame, por favor». Le pido perdón sin saber muy bien por qué y me alejo con el zumo.

El líder de Más País me espera en una mesa, leyendo las memorias de un filósofo ruso, un volumen de 1.974 páginas en Times New Roman 5,5.

Señor Errejón, gracias por recibirme.

¿Qué? ¡Oh, perdone, no le he visto entrar! A veces la erudición me nubla los sentidos, apuesto a que no sabe de qué le hablo. ¿Conoce a Oleg Zhdánov, San Petersburgo, 1845-1922?

La verdad es que no.

Es fascinante. Ya en el siglo XIX proponía que los países fuesen regidos por una élite universitaria en las horas de tutoría. Un gran libro. Lo leí en ruso a los 7 años y ahora lo estoy refrescando.

Ajá. Si le parece, empezamos hablando de su programa.

En realidad es de Ferreras, yo solo voy por la fama.

Me refería a su programa electoral.

¡Oh, claro! Ja, ja, ja. Sí, sí, estaba… Ejem. ¡Sí, hablemos de eso!

Señor Errejón, no se ofenda, pero está gritando mucho. La gente nos mira.

¡Oh! Lo siento, es que no acabo de acostumbrarme a no tener a un tío al lado hablando por encima de mi voz. Adelante, pregunte.

Desde Más País plantean una semana laboral de cuatro días.

No es cierto.

¿No? Pues juraría que lo leí.

Y lo leyó, pero le hemos dado una vuelta. Ahora apostamos por la semana laboral de tres días, de lunes a miércoles.

¿Y eso?

Los jueves son muy cansados.


La entrevista completa, en eldiario.es.

Fotografía de Marta Jara.