España, el sindiós

«Si crees que tienes problemas, prueba a ser español». Este podía ser el nuevo lema de la Marca España, pensado para atraer a turistas amantes del riesgo. «Olvídate del puenting y empadrónate en Madrid». No, espera. Con exclamaciones. «Olvídate del puenting y… ¡empadrónate en Madrid!». Mejor.

Habrá que contratar una buena agencia de publicidad para que se encargue del naming. En inglés, a ser posible, por aquello del cosmopolitismo. ¿Qué tal… spaining? Tiene punch. La RAE se enfadará, dirán que mucho mejor españolear, que la raíz latina y no sé qué, pero, mira, ni caso, que se vayan con sus amigobios a comer almóndigas.

Iremos a las grandes ferias de turismo, repartiremos flyers con la foto de una médica tirándose por un puente y el eslogan: «¡Vive la trepidante experiencia del spaining!» (En el reverso del flyer se aclarará que la médica está en paro porque ella quiere).

En marquesinas de todo el mundo, un gran cartel, como el de las películas, con citas grandilocuentes en Times dorada: «No sabemos qué falla en España», La OMS. «Líder europeo en paro juvenil», Los De Bruselas. Y debajo, en pequeño: «Spaining. ¿Te lo vas a perder?»

También necesitaríamos un embajador de la Marca España, claro que en eso no hay debate. Tiene que ser el Rey. Pero no el de ahora. El otro, su padre, pegaría mucho más con el tono de la campaña. Después de todo, ¿quién representa mejor que él ese espíritu de desenfreno, de livin’ la vida loca, de «me tiro a la piscina y, por Dios, que haya agua»? Mira, otra cita para el flyer: «No hay duda sobre el inmoral comportamiento del rey», The New York Times.


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