Las etapas del duelo de un columnista de derechas

1. Etapa de la negación
Formado ya el Gobierno, el columnista de derechas proclamará, en tertulias y editoriales, que tenemos un ejecutivo ilegítimo, golpista y contra natura. Exigirá el auxilio de las más diversas autoridades, desde el Rey hasta la Virgen de Covadonga, patrona del pacto del 78. Este alucinado desconcierto puede prolongarse varios meses e ir acompañado de tics nerviosos, sudoraciones y, en los casos más extremos, de un contrato como asesor del PP.

2. Etapa de la ira
Tras la negación, el columnista de derechas empezará a fantasear con la posibilidad de encontrarse con Pedro Sánchez en un desayuno del Fórum Europa. Se dirá a sí mismo que en esos eventos hay muy poca seguridad y que nadie sospecharía de un periodista. Fantaseará con la idea de lanzarse sobre el presidente y arrancarle la oreja de un mordisco ante el aplauso de los demás columnistas conservadores, que le dedicarían proclamas como: «¡valiente!», «¡ole tú!» o «¡un Ondas tenían que darte!».

El ocasiones, el columnista de derechas también puede proyectar su rabia hacia personas que nada tienen que ver con la situación estresante tales como Greta Thunberg, Borja Sémper o Pedro Almodóvar.

3. Etapa de la negociación
Superada la cólera, el columnista de derechas se verá imbuido por un estado de ilusoria esperanza. ¡Tal vez no esté todo perdido! Fantaseará con inesperados deus ex machina que alteren la aritmética parlamentaria poniendo fin al gobierno golpista. ¿Y si Rufián se da un golpe en la cabeza y se vuelve de derechas? ¿Y si una fuerte nevada hace que los de Bildu y el PNV se queden atrapados en su ridícula comunidad autónoma? ¿Y si, después de todo, Teruel nunca ha existido?


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Imagen: Wellcome Library, London