DISCURSO DEL REY (BORRADOR V.14)

Buenas noches.

Hace ya cinco años que ocupé el trono. Sé que no os gusta esa palabra, trono, pero qué queréis que le haga. Es que no es una silla. Quiero decir, es de oro. Una vez se me cayó el iPhone debajo y hubo que montar una UTE para sacarlo.

Vivimos tiempos de incertidumbre. Yo, sin ir más lejos, no sé si dejarme la barba o quitármela. Unos me dicen una cosa y otros otra. Vivimos una era de zozobras de la que, ya ven, no soy ajeno.

Me consta que muchos de nuestros jóvenes carecen de empleo. Yo mismo estuve en esa situación un día que me hice el parado para ver cómo era. Le dije a Letizia: “Tizi”, porque yo la llamo Tizi, le dije: “Tizi, déjame, que estoy parado”. Fue duro. Se me hizo larguísima la tarde y eso que contraté a Luz Casal para que me cantase. Pero últimamente solo canta coplas. A mí me gustaba más cuando era rockera. Entiendo, por tanto, el dolor y la frustración de nuestra juventud.

Pero la sociedad española ya se ha enfrentado a grandes retos en el pasado. Cuando descubrimos América, los indios aquellos nos pegaron toda clase de enfermedades de transmisión sexual. Lejos de achicarse, nuestros curas resistieron la picazón echándose talco en los genitales, y ni por un minuto interrumpieron sus labores evangelizadores. Todavía hoy son un ejemplo de superación para todos.

España es una nación con una muy destacada posición universal, como demuestra el hecho de que salgamos en los mapamundis. No encontrarán un mapamundi donde no salgamos. Cuando, hace dos meses, estuve con las niñas de vacaciones en la Estación Espacial Internacional, vi nuestro país desde el espacio y pensé: “¡qué pequeña es España!”. Pero un astronauta me explicó que era porque estaba lejos. De cerca es mucho más grande, y eso jamás debemos olvidarlo.

Pero, aunque España es el segundo o tercer mejor país del mundo, no podemos quedarnos atrapados en la autocomplacencia. Nos enfrentamos a grandes retos. El phishing, los badenes que te levantan el coche dos metros si los coges a más de veinte kilómetros por hora o los catalanes son solo algunos de ellos. Esos problemas únicamente podrán solucionarse de una manera: hablando de otra cosa y dejando que pase el tiempo. Así hemos obrado los españoles a lo largo de la historia y así seguiremos obrando en el futuro.

Mi familia y yo mismo os deseamos unas felices fiestas, especialmente a los que trabajáis en estas fechas atendiendo a drogodependientes, negros, personas con capacidades diversas, españoles en coma y ese largo etcétera que se lleva todo o casi todo el dinero de los servicios sociales.

Gora Espainia. Visca Espanya. Arriba España.