Manspreading (chiste en dos partes)

manspreading

Me topé con la palabra por primera vez en uno de esos panfletos izquierdistas en los que gustosamente colaboro. El texto, escrito en tono furibundo por una furibunda colaboradora, daba por hecho que el lector, de natural progresista y moderno, sabría el significado del anglicismo en cuestión. Yo no lo sabía y, aunque no era difícil deducirlo por el contexto, corrí a Google para cerciorarme. Como cualquier progresista comprometido sabe, estar a la última en causas y reivindicaciones requiere de un constante reciclaje terminológico.

Recalé en la Wikipedia buena, la anglófona (en la española una vez leí que el reiki funcionaba y ya nunca más volví a entrar por miedo a acabar siendo demasiado progresista). Así fue como descubrí que el manspreading es lo que de toda la vida se ha llamado despatarrarse, con el matiz de que el extranjerismo alude exclusivamente a la variante que se practica en asientos públicos, dando como resultado sendas opresiones a las mujeres ubicadas a derecha e izquierda del sujeto opresor. Espera un poco, pensé nada más leerlo. ¿Mujeres? ¿Por qué mujeres? Muchos hombres, como yo mismo, llevamos toda nuestra vida sufriendo esta clase de despotismo subyugante sin saber siquiera que tal cosa tenía un nombre.

Como varón blanco y heterosexual de clase media que soy, no estoy acostumbrado a sufrir discriminaciones aleatorias. Mi única experiencia personal en el mundo de las minorías se la debo a mi condición de zurdo, que me lleva a prolongar anormalmente el proceso de compra de los pilot (fenómeno que, probablemente, ningún diestro comprenda, del mismo modo que muchos varones son incapaces de comprender algunas reivindicaciones feministas).

Ocurre que, además de blanco, heterosexual y zurdo, soy estrecho de tórax. Este condicionante óseo me coloca en una posición claramente desventajosa en términos de masculinidad, no solo en el cortejo, que también, sino, muy particularmente, en lo que a asientos públicos se refiere. En los aviones, por ejemplo, soy víctima frecuente y abnegada de un doble manspreading: el inferior (por culpa de unas piernas que exceden, de largo, el estrecho margen espacial que les corresponde) y el superior (velludos brazos que ocupan, sin mediar permiso, la totalidad del reposabrazos común).

El manspreading, por tanto, no constituye un micromachismo, como sostiene cierto sector del feminismo contemporáneo, ya que victimiza por igual a mujeres y a hombres de constitución estrecha. El despatarre es, y así debemos considerarlo todos los progresistas, una lacra que nuestra sociedad solo conseguirá dejar atrás si mujeres y hombres de tórax escueto hacemos frente común. Porque juntos podemos.

La segunda parte, de Barbijaputa, aquí.

24 comentarios

  • con el «manspreading» en mi opinión se yerra el tiro. Se identifica erróneamente al enemigo.

    La cuestión de que haya personas poco empáticas que se desparraman en el transporte público sin consideración a quienes ocupen los asientos vecinos se interpreta quizás con cierto fundamento como que mayoritariamente son hombres siendo poco considerados con mujeres.

    El contexto de todo esto es que la mayor parte de las personas usuarias de transporte colectivo son mujeres, y que el dimensionamiento de éste no es siempre suficiente. No lo es en la frecuencia, ni en el diseño interior, para ciudades arrasadas por coches fundamentalmente pilotados por hombres solos.

    Que en lo mayoritario seamos hombres quienes jodemos, es para mí accesorio. Lo esencial es lo que oprime a las personas todas, entre ellas hombres y mujeres. Tanto la falta de empatía como la dictadura del coche no es intrínseco a ser varón. El feminismo que militemos hombres también que sea profundo

    • El hecho de que sean hombres los que tienen esa actitud no implica que el resto de los hombres debamos compartir la culpa por el simple hecho de que tenemos el mismo tipo de apéndice entre las piernas.

      Resulta que yo, por ser hombre, parece que soy más culpable del manspreading del cani de turno al que no he visto en mi vida (ni ganas) que la propia madre que lo ha educado y le ha enseñado valores y comportamiento (o la falta de ellos). Porque su madre, ojo, es mujer e inocente por definición. La responsabilidad de como se comporta el pavo resulta que no es de la familia (mujeres incluidas) que ha criado a un niñato sin respeto alguno hacia los demás, sino de cualquiera que se pasee por la calle con una chorra dentro de los gayumbos.

      Resulta que si aplicaramos el mismo rasero a la ablación femenina, habría que culpar de la ablación a las mujeres, y ya de paso y si aplicamos la misma lógica, a cualquier mujer que se pasee por la calle, porque resulta que son las mujeres las principales impulsoras de la ablación

      «¿Quién apoya y perpetúa estas prácticas de cirugía genital femenina? La evidencia disponible apunta fuerte y consistentemente hacia las mujeres. La decisión sobre si una chica en particular recibirá la operación y en que momento es tomada por su madre o abuela (Hicks, 1996; Lightfoot-Klein, 1989). La comunidad femenina compuesta por sus iguales considera la operación como una marca positiva de estatus, y las chicas que todavía no la tienen son a veces burladas, molestadas y derogadas por sus pares femeninos (Lightfoot-Klein, 1989). La propia operación casi siempre es llevada a cabo por una mujer como la partera. “Los hombres están completamente excluidos”, según uno de los trabajos sobre el tema (Boddy, 1989, p. 84).»

      Artículos muy buenos sobre el tema.
      https://quiensebeneficiadetuhombria.wordpress.com/2015/09/13/pero-son-otros-hombres-los-que-hacen-eso-una-forma-hipocrita-de-silenciar-debates-de-genero/

      https://quiensebeneficiadetuhombria.wordpress.com/2014/10/25/cuando-un-problema-es-de-genero-lecciones-de-la-circuncision-femenina/

  • Pues claro que esmachismo. Es que no es machismo que un hombre «estrecho de tórax» sea menospreciado? El machismo lo sufrimos todas y todos

  • Claro que es machismo. Micromachismo, mesomachismo y macromachismo. De entrada, el manspreading de manpiernas se produce ante todo porque los manspreaders tienen manhuevos, y tienen la mancreencia de que si los manaprietan entre los manmuslos les manduele, cosa que no ocurriría si, como deberían hacerlo todos, se cortan los manhuevos. Entonces veríamos qué tan sencillo es que se sienten como mandaban las monjas sentarse a las mujeres en el pasado, no por asuntos de mandídimos sino de malentendido pudor. Que como todos saben es asunto del muchomachismo.

    Y luego se quejan cuando Santa Julie Bindel propone poner a los hombres en mancampos de manconcetración donde no puedan hacer sus mancosas con las mujeres.

  • Qué coñazo ya con el machismo, el feminismo y el resto de gilipolleces asociadas.

    Parad ya, por dios.

  • Como engendro de brazos peludos y torax ancho, te puedo asegurar que no es fácil no invadir parcialmente el asiento anexo (ojo, no hablo del reposabrazos). He ido en aviones donde mi hombro izquierdo (siempre cojo ventanilla) estaba mas en el asiento de al lado que en el mio. Dado esto, siempre trato de ir de pie en el metro por ejemplo.

    Sigo diciendo que hay que abogar por fomentar la empatia con los demás y el civismo.

    PD. Un saludo a la chica que se paso las 3 horas del vuelo a Tenerife con el respaldo reclinado! 🙂

  • No puedo darte la razón ya que en más de 15 años como usuaria de transporte público, todavía no se me ha desparramado una mujer, mientras que con varones he llegado al punto de un tío que colocó su manaza en mi pierna para acomodarse y desparramarse bien a gusto mientras dormía una siestecita en su asiento…

    El micromachismo no lo determina quien lo sufre, sino quien lo comete.

    • Yo tambien soy usuario de transporte publico y puedo decir que tambien he visto tias con las piernas abiertas, como tambien he visto shebagging (que decia otro) de hombres y como muchas otras faltas de civismo. Es decir, no es machismo, feminazismo, sexismo o como se quiera calificar, es simplemente no saber comportarse en lugares publicos.

  • Micro-cerebro es lo que tiene la tal barbijaputa esa.

    ¿Ponen pegatinas tamaño A-4 en las paredes y cristales de su casa? Pues eso.

  • Como te gusta la ciencia, te daré la explicación científica.
    La culpa es de Levi Strauss, el que inventó los vaqueros.
    Como sabrás, los testículos cuelgan en el varón blanco y en el otro porque por alguna razón la sabia naturaleza decidió que los espermatozoides debían conservarse a una temperatura ligeramente inferior al cuerpo humano.
    Pero los vaqueros y calzoncillos ajustados (Calvin Klein también es culpable) aumentan esa temperatura, lo que obliga a abrirse de piernas y airearlos para preservar el futuro de la especie.
    La conclusión es que esos chavales (no suelen ser personas mayores con traje y pantalón de pinza, donde los güevillos tienen más libertad) son en realidad víctimas y no culpables. Víctimas de la moda, fanboys culposos que se juegan su reproducción para atraer a otras hembras no más.

    La solución la conocen mejor que nadie los escoceses. El kit. No verás a un escocés con kit desparramándose en un autobús público. Al menos yo nunca he visto ninguno (si bien tengo que confesar que nunca he estado en Escocia). Pero puedes aplicarlo también a los masai: tampoco practican el despatarre en el transporte público o al menos no tengo constancia.

    En fin. Cambiemos la moda y cambiaremos los modales.

    salu2

  • No creo que se trate de machismo (decir micromachismo es llevar al absurdo el término).

    Más bien se trata de mala educación. La misma que cometen todas las chicas que ponen los pies en los asientos, que ocupan plazas de carrito o que no ceden nunca un puesto a un anciano o a una persona con limitación a la movilidad. Lo sufro a diario.

    Alguno que otro va «despatarrao» pero, qué hacemos con las culonas y los de talla XXL.
    Un poquito de sentido común.
    Si te vas mucho para la izquierda, te pasa igual que si te vas mucho para la derecha… Te acabas saliendo.
    Lástima que caigas en esta temática feminazi enfermiza porque me encanta Órbita Laika y la divulgación científica y este tipo de comentarios emborrona tu más que notable trayectoria profesional.
    Aunque seas libre de hacerlos y decirlos, acabarás dejando un tufo ideológico a todo lo que haces que quizás se vuelva en tu contra, profesionalmente hablando.
    Saludos.

  • Creo que deberíamos buscar un término más ambiguo y que pueda abarcar a los dos sexos. Ya sabéis, tanto para los mamarrachos que van con las piernas abiertas, como para las que ponen el bolso a descansar en el asiento de al lado.

  • Me encanta internet, siempre se aprenden cosas y lo tiene todo el mundo. ¡Ay si tuviera pasta y estuviera sano lo que habría follado siendo progre como soy y tan educado!

  • Seamos claros, molesta si lo hace un hombre, si una gorda o una embarazada se sienta a tu lado la susceptibilidad absurda desparece. A algunos colectivos todo les huele a machismo.

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