Censura ideológica en TVE

voltaire1 (1)

Hoy TVE ha despedido a un colaborador por motivos ideológicos. El damnificado en cuestión se llama Juan Ramón Rallo, y es (se considera) liberal. Mucho. Tanto, imagínate, que hasta de TVE le han echado.

La liebre la levantó UGT en su web tan pronto como se supo que Rallo se integraría en la nómina de colaboradores habituales de La Mañana de La 1. “Mariló Montero nos tiene acostumbrados a todo tipo de meteduras de pata, torpezas y salidas de tono que pueden ser y son muy cuestionadas», dicen desde el sindicato, «pero su última ocurrencia ha ido demasiado lejos al entregar nuestro espacio y la poca audiencia que nos queda a la voz de quien le niega a la radiotelevisión pública su sentido, su existencia y su futuro.”

En efecto, Rallo considera que la televisión publica no debería existir. Que carece de sentido. Esto escribía en su blog a propósito del cierre de Canal 9:

“[quote]No existe ni un solo motivo razonable para mantener abierta ninguna televisión pública. [/quote]Si los ciudadanos las demandan, no será difícil que algún empresario (o los propios trabajadores del canal público organizándose en cooperativas y arriesgando su patrimonio) retome el proyecto con financiación privada y voluntaria (sin carga para los contribuyentes); y si los ciudadanos no las demandan, es obvio que no tienen que sufragarlas coactivamente. No sólo Canal 9 debe cerrar: sino todas y cada una de nuestras televisiones estatales”.

Rallo está lejos de ser un bloguero (ejem) indocumentado. Es doctor en Economía por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y hasta dirige su propio think tank, el Instituto Juan de Mariana.

«La misión del Instituto” dice en su web “es investigar y dar a conocer al gran público español, europeo y latinoamericano, los beneficios que para los intereses generales proporcionan la propiedad privada, la libre iniciativa empresarial y la limitación del ámbito de actuación de los poderes públicos».

Resulta comprensible, por tanto, que a muchos les haya chocado la incorporación de alguien con semejantes ideas a la plantilla de un ente público. ¿Acaso no resulta incoherente que un tipo que aboga por el cierre de las televisiones públicas cobre un sueldo de TVE? Y sí, lo es, pero la libertad de expresión tiene estas cosas, qué le vamos a hacer.

Rallo optó por actuar en contra de sus principios (demos por hecho que los tiene) y colaborar en un medio público a pesar de no creer en lo público (signifique eso lo que signifique). Es una paradoja, de acuerdo. Es feo, de mal gusto, es cínico y, desde cierto punto de vista, también un poco estúpido. Pero tiene derecho a hacerlo. O debería tenerlo.

No viene mal recordar, de cuando en cuando, aquella incómoda cita de Voltaire que decía algo así como: “No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a decirlo”. Cámbiese “defenderé con mi vida” por “pagaré con mis impuestos” y entenderá que el despido de Rallo ha sido, simple y llanamente, un acto de censura ideológica.

16 comentarios

  • La única forma que Rallo tuviese de no violar sus principios sería quedarse en casa muriéndose de hambre, ya que en cuanto pise una acera pública estaría siendo un hipócrita. O como dijo el propio Rallo en un Tweet: «Si un liberal no puede participar en TVE, ¿un republicano no puede presentarse a las elecciones en una monarquía constitucional?».

    • See… para dinamitarla desde dentro, que es precisamente lo que hacen los gestores de los canales públicos.

  • No existe contradicción. Paga las (plural, que no se olvide) televisiones públicas de manera impuesta. Es lícito acudir a ellas y cobrar para primero, difundir un mensaje, segundo, para recuperar parte de lo confiscado.

    ¿Debería un comunista comprar comida de empresas capitalistas?

    Vivimos en un mundo en el que el Estado está en todo, ¿cómo luchar contra el Estado sin «utilizar» sus medios? ¿Acaso no pago sus impuestos?

  • ¿Hasta cuando hemos de esperar para que la dirección del Ente emita un comunicado sobre la censura a Juan Manuel Rallo para que nos saque de dudas de quién ha partido esta decisión? Yo también estoy en contra de los medios de comunicación púbicos. El que quiera verla que la pague, quien desee pertenecer a un sindicato que lo pague, y así sucesivamente….

  • Pues me parece muy bien que no se le permita ir por motivos ideológicos, faltaría más… Espera, no estamos hablando de Pablo Iglesias, estamos hablando de un liberal… CENSURA!!

  • Pues un liberal como el debería de alegrarse de que RTVE prescinda de gente y vaya adelgazando ¿O sólo se le aplican las doctrinas liberales a los otros, y cuando le toca a uno entonces ya se vuelve como todos esos capitalistas liberales convencidos, que en cuanto empezó la crisis en vez de arriesgar su patrimonio como decían sus tesis (Cuando el que se arruinaba era otro quicir), empezaron a poner la mano a Papá Estado pidiendo ayudas, cuando durante años eran los mismos que le veían y le difundían como como un monstruo que debía desparecer?.

    Será censura, no lo sé, pero en el fondo es como si supongamos que el presidente del Barça se hiciera socio del Madrid y se quejase, después de decir lo buen jugador que es un chaval de la cantera madridista, que le han blindado. Con el agravante de que aqui él pagaría al Madrid y en el del hombre este es RTVE el que le pagaba

    Si dices públicamente que tus intereses son los contrarios a los que quienes te pagan, es natural que los hombres del dinero digan «Si tan mal le parece esto, ahí tiene la puerta», pero sea un liberal en un programa de RTVE, o un dependiente en «Zapatería Puri»

  • Mi única pregunta es dónde está el contertulio estalinista que quiere prohibir las televisiones privadas. Porque hay que dar todos los puntos de vista por ridículos que parezcan, ¿no?

  • Totalmente de acuerdo con lo que se dice en el artículo. Si tuviera que ponerle una pega, que quizá esta vez el autor se ha puesto demasiado serio 😉

  • Decir que ir a TVE va en contra de los principios de un liberal es como criticar que los comunistas utilicen iPhone o chandals de Adidas. ¡Claro que hay cierta contradicción! pero vivir sin contradicciones se llama fanatismo.

    Lamentable la censura venga de donde venga.

  • Estoy de acuerdo con lo imperdonable de la censura.

    Además, Rallo defiende una postura con la que puedes o no estar de acuerdo, pero desde el momento en el que le hacen pagar por los servicios públicos que consume, o no, (RTVE incluida), tiene derecho a opinar sobre ellos en el lugar que está costeando con sus impuestos. Y opinar significa pensar cualquier cosa, incluso que deben cerrarse.

    Ahora bien. Lo que a mí de verdad me aterra es la ideología que subyace en esos sindicatos que piden airadamente que se silencie en los medios públicos a los que no piensan como ellos, convirtiéndose en jueces y dueños de éstos, y que por el hecho de no estar de acuerdo en cómo se gastan una parte de nuestros impuestos, eso implica no poder hacer uso de ellos. Sin embargo no claman porque a los que no están de acuerdo con la televisión pública, por seguir con este ejemplo, se les exonere de pagarla. No, la pagas por cajones, pero al no asentir al despilfarro, no puedes expresar tu opinión. Estos sindicatos están en los años 50 soviéticos, con aquel genocida del bigote en su apogeo.

    Y que esta gente viva de mis impuestos, sí que es realmente un escándalo.

  • Todos lso linerales, como la Señora esperanza Aguirre Gil de Biedma, cuando entran en el gobierno es lógico suponer que lo hace para privatizarlo, es decir, destruirlo desde dentro (y ganando/robando/privatizando dinero en el proceso)

  • Todos lso linerales, como la Señora Esperanza Aguirre Gil de Biedma, cuando entran en el gobierno es lógico suponer que lo hace para privatizarlo, es decir, destruirlo desde dentro (y ganando/robando/privatizando dinero en el proceso)

  • Todos los liberales, como la Señora Esperanza Aguirre Gil de Biedma, cuando entran en el gobierno es lógico suponer que lo hacen para privatizarlo, es decir, destruirlo desde dentro (y ganando/robando/privatizando dinero en el proceso)

Deja un comentario

Tu e-mail nunca será mostrado o compartido. No olvides rellenar los campos obligatorios (marcados con *) o conectarte.