A principios de junio Apple presentará su nuevo sistema operativo móvil. O no. Y presentará su nuevo teléfono. O no.
El aparato en cuestión tendrá una pantalla curva o no, se comunicará con el reloj famoso o no y habrá una versión con un tamaño superior o no.
La verdad es que nada de eso importa demasiado. Porque, con Apple, como ocurre con el amor, la realidad es lo de menos. Lo de más es la fantasía, la magia, la ilusión. Lo importante, entiéndase, es el podría.
El nuevo iPhone podría carecer de botones
El nuevo iPhone podría tener un botón más
Porque a los amantes de la manzana, como a cualquier amante en general, lo que le importa es el vaporoso mundo de las posibilidades. Su corazón se acelera con lo que imagina que está por llegar, que nada tiene que ver, ni falta que hace, con lo que realmente llegue.
El artículo completo, en El Confidencial.
2 comentarios
Marc Sack
Bueno en realidad estás definiendo no sólo a una empresa en concreto sino la creciente tendencia del capitalismo vendehumo que, con la publicidad como medio, se aprovecha de las taras y carencias de todo progre modernillo para hacerle pasar por caja no para adquirir un bien, sino más bien su identidad al completo. Triste de cojones, en efecto.
Konamiman
Donde esté un buen Nokia…