La revolución desde el sofá

Seguro que a alguien se le ha ocurrido antes, pero lo cierto es que nunca he leído nada al respecto. Algunos seguramente lo llamarían terrorismo. Terrorismo mediático o publicitario o anticapitalista. Terrorismo perroflauta.

Lo bueno del asunto es que generaría un cierto caos económico y social sin que nadie perdiese la vida. Sin amputaciones, ni gritos, ni sangre en la acera. Lo malo es que resulta mucho más fácil de imaginar que de poner en práctica.

Para que la idea pueda llevarse a cabo, se necesitaría la colaboración de 12.000 españoles, más o menos. Pero no 12.000 cualesquiera, claro, de lo contrario sería muy sencillo. Necesitamos a los 12.000 españoles que tienen un audímetro en sus (aproximadamente 5000) casas. Esas 12.000 personas que deciden, por aquello de la estadística y la convención, qué programas ven sus 47 millones de compatriotas. Esas 12.000 personas que, con solo presionar un botón cada vez que se sientan frente a sus televisores, sostienen un negocio multimillonario.

El artículo completo, en Jot Down.

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