El Gran Carnaval

En 1951, Billy Wilder rodó «El Gran Carnaval». Es una de las obras maestras menos conocidas de su filmografía, quizás porque no se trata de una comedia. La película está protagonizada por un periodista alcohólico y vividor, un farsante sin escrúpulos que trabaja en un periodicucho de Nuevo México. Cuando un minero se queda atrapado en una mina, el periodista aprovecha la ocasión para fabricar la noticia del año y, de rebote, la noticia de su vida. Medios de todo el país acuden a Nuevo México a cubrir el suceso… y empieza el Gran Carnaval.

Me pregunto qué pensaría Wilder del remake que, en pleno siglo XXI, se ha montado de su película. Qué pensaría al enterarse de que Steve Jobs ha enviado un iPod a cada uno de los mineros chilenos atrapados en el yacimiento de San José. Qué pensaría al saber que el Real Madrid, igual que el Manchester United, les ha invitado a ver un partido en su estadio. En el Campamento Esperanza, dicen los allí presentes, se acumulan cajas con el logotipo bien visible, obsequios de las principales multinacionales del mundo.

Mientras escribo esto, El País y El Mundo siguen, segundo a segundo, el rescate de los mineros. Ambos ofrecen la posibilidad de ver las operaciones en streaming, galería de fotos, dramatis personae, grafismos animados, y especiales recopilatorios de las chanzas y cotilleos que recorren el campamento. ¿Sabes que a uno le espera su mujer y su amante en el exterior? Qué fuerte, no me digas.

La primera acepción de la palabra prensa que contempla el diccionario de la RAE es «máquina que sirve para comprimir». Los 33 mineros de San José son los nuevos Beatles con fecha al dorso, un producto perecedero, ya casi caducado, precipitándose al vacío por el acantilado de la información. Telerrealidad radical, el blockbuster de la temporada, personas ordinarias en una situación extraordinaria. Periodismo humano, vaya.

A veces la realidad se parece a una película de Billy Wilder. No nos damos cuenta, supongo, porque la mayoría sólo recuerda las comedias.

Esta noche, en Ciudad K…

Imagen ©RTVE

Hace tres semanas escribía que el montador de Ciudad K, al terminar el capítulo 4, aventuró que eso jamás se emitiría. Es el capítulo que se emite esta noche.

Porque esta noche, en Ciudad K, nos pondremos vérités, hablaremos de grunge, afirmaremos que España no es un democracia sino una dictadura capitalista en manos de veinte familias y dilataremos un sketch más allá de lo que cualquier persona normal toleraría sin cambiar de canal.

¿Y eso por qué?

Porque podemos.

A las 21:35, en La 2.

Parábola del community manager

Un día el Gobernante de una lejana tierra salió a la calle y comprobó que los más jóvenes de entre sus súbditos le ignoraban. Sentían y demostraban una enorme desafección por el ejercicio de Gobierno y por su persona. Viendo esto, el Gobernante habló con su asesor de imagen en estos términos: «Mierda, Miguel, esta gente me toma por el pito de un sereno, ¿para qué coño te estamos pagando?»

Tal fue la respuesta del asesor: «Son jóvenes, Majestad. Se comunican por canales que nosotros apenas sí intuimos.»

«¿Y qué podemos hacer?», inquirió el Gobernante.

«Necesitamos un oráculo tecnológico», dijo solemne el asesor. «Necesitamos… -y aquí tuvo a bien hacer una pausa dramática que, sabía, eran muy del agrado del Gobernante- un community manager».

«Entonces busca al mejor», asintió el Gobernante.

Y el asesor obedeció; llamó a los más populares community managers de la región, habló largo y tendido con todos ellos y por fin se decantó por uno. Era un hombre de aspecto inteligente y ufano, que decía conocer las obscuras artes de las redes sociales y los blogs, la magia subyacente en la comunicación dos punto cero. El Gobernante se dirigió a él:

«Oh, sabio oráculo de la comunicación digital, ¿qué debo hacer para que los jóvenes me respeten y admiren?»

Y el community manager le respondió: «Debería, Majestad, crearse un perfil en Facebook, otro en Tuenti y otro en Twitter. También sería conveniente hacerse un blog.»

El Gobernante se enojó. «¡Pero, maldita sea, yo no tengo tiempo para esas labores, más propias de un infante desocupado que de un líder de masas! Trabajo seis horas al día, y juego al golf, y ceno una vez a la semana con mis amigos empresarios. Eso por no hablar de Mari Carmen, que no hay jornada en que no proteste por el escaso tiempo que dedico al núcleo familiar. Los pocos momentos de asueto gusto de masturbarme, ¿es que hasta eso me va a arrebatar este desagradecido oficio público?»

«No tema», le dijo el community manager. «Yo me encargaré de todo. Me haré pasar por su Majestad en el proceloso universo de la información inmediata, respondiendo a los jóvenes insurgentes, domándolos perspicazmente con el fin de ganarme su estima y respeto.»

El Gobernante accedió a encauzar su Gobierno en la autopista de la información. Pasaron los días, los meses y los años. Y un día el Gobernante salió de nuevo a la calle, y de nuevo se topó con la desafección de los más jóvenes, que no sólo le ignoraban, sino que ahora le increpaban en estos términos: «¡me censuras en el blog!» y «¡sólo followeas a los de tu partido!»

El Gobernante, enfadado, acudió a su community manager y le preguntó qué ocurría. Éste le respondió:

«Eh… Bueno, verá, Majestad… Quizá deberíamos abrir también un canal en YouTube.»

Y el Gobernante, vibrando de ira, mandó decapitar al community manager, quien falleció por desprendimiento de cabeza.

Los perfiles en las redes sociales del Gobernante nunca más fueron actualizados, lo que no impidió que, en las siguientes elecciones, renovara su mayoría absoluta.

Lo último que se lee en su Twitter es: «Buenos días!» hace ahora tres años.

10 titulares que leeremos en octubre

El País no regala nada un domingo y Prisa quiebra el lunes.

El Mundo filtra un informe psiquiátrico que demuestra que Zapatero sufre un trastorno de personalidad múltiple y que todas sus personalidades perderían las elecciones.

Público gana el Premio Nacional de Cómic.

Ante la escasa repercusión de su último video, ETA difunde otro, dirigido por Chris Cunningham y con banda sonora de Philip Glass. El Gobierno sigue rechazando el diálogo, pero ETA gana el Oscar al mejor cortometraje.

Benedicto XVI anuncia que los espermatozoides son seres vivos, por lo que masturbarse pasa a ser considerado genocidio.

Facebook sufre un nuevo fallo de seguridad y durante una hora las Galletas de la Fortuna aciertan masivamente.

Premio Príncipe de Asturias para el inventor de la Power Balance. Don Felipe de Borbón declara: «hoy los átomos de España están un poco más cohesionados que ayer».

Las fusiones de Telecinco con Cuatro y de Antena3 con La Sexta dejan en la calle a cientos de directivos de televisión, que se ven abocados a terminar la educación obligatoria.

La SGAE denuncia a los gestores de siete páginas de enlaces por estar causando un daño irreparable a los autores y editores, y luego se compra Castilla La Mancha.

Se descubre que el negro que sale detrás de Rajoy en todos los mítines es en realidad mulato, lo que provoca que Esperanza Aguirre inaugure dos hospitales en sendos descampados.

Esta noche, en Ciudad K…

Imagen ©RTVE

…descubriremos quién fue realmente Karl Marx, nos preguntaremos si estamos solos en el Universo, comprobaremos que Jesucristo pecó (y no pidió perdón), veremos cómo las prostitutas del Este revientan el mercado vendiendo su mente por cuatro euros, y daremos respuesta a la pregunta que más matrimonios ha roto: ¿cuál es la tarea fundamental de la filosofía, determinar el ser o determinar el ente?

Ah, y también contaremos la historia de España a través de una acrobacia vaginal.

A las 21:30 en La 2.