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The National

Dice el director de arte de El Mundo, en un video publicado por su diario, que la foto de Aylan, el niño muerto en una playa turca, nos agrede porque lleva pantalones cortos en vez de ir vestido de alguna «etnia rara”. Porque es moreno y lleva camiseta y, por tanto, podría ser tu hijo o el hijo de cualquiera de nosotros. No lo juzga, solo lo enuncia. Y tiene razón. Si esa fotografía en particular ha removido la conciencia de Europa es solo porque el niño parece uno de nosotros.

No es el primer muerto de este conflicto. Hace unos días, los informativos nos mostraban un camión frigorífico aparcado en un arcén de Austria. En su interior, decía la voz en off, habría entre 50 y 70 muertos, adultos y niños. Pero no se veían. Había que imaginarlos, y la imaginación no remueve conciencias.

El analista de seguridad y defensa Jesús M. Pérez se preguntaba ayer por qué la foto que ilustró su artículo “Lo que está en juego en Siria” no levantó ninguna polvareda. También mostraba a un niño muerto. También sirio. Solo que, a diferencia de Aylan, aquél iba vestido de alguna «etnia rara».

Ayer mismo entrevistaban, en el Telediario, a tres amigos sirios, un matemático, un ingeniero y un abogado. Llevaban siete días durmiendo al raso en una plaza de Berlín, esperando a no se sabe. Vestían vaqueros y camisas oscuras, llevaban peinados modernos. Su tono de piel no era demasiado oscuro, tampoco demasiado claro. Parecían nosotros. Más nosotros, sin duda, que esos negros de Lampedusa o del estrecho de Gibraltar.

5 comentarios

  • Deberías revisar las ‘entradas relacionadas’. Queda horrible la primera en este artículo.

  • A ti que tanto te gusta la siensia debieras saber (de hecho lo sabes cabrón) que ese mecanismo cerebral primitivo, eso que ahora llaman empatía, no es más que un reconocimiento de meada de toda la vida. La gente reconoce lo igual, lo distinto, pues eso, es de otra manada y «a mamarla»… que nosotros tenemos el fuego y sabemos partir quijadas a ritmo de mandobles de femur de mamut… así que, aire.

    Pues eso. No vale lo mismo una vida que vista Levis que uno con un chandal del Prica. Los africanos intentaron engañar a nuestro ministro de exteriores vistiendose del Barça, pero no cuela, es muy ágil mentalmente, los tiene calados. Sabe que debajo de esas camisetas, de esos chandals de Adidas, van en cueros. En cueros, como putos indios de la China.

  • Hace tiempo que te leo «en las sombras», pero este título y la reflexión de haces me ha hecho comentar.

    ¡Qué verdad! Esta foto ha llenado las pantallas de todo el mundo, por eso, porque no es «de una de esas etnias raras».

    Un abrazo

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