La gran liada del padre Quintela

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Ella me lio de mala manera.

Es lo que, según El País, ha dicho el fraile franciscano José Quintela tras ser detenido. Y la liada, en efecto, ha tenido que ser de aúpa. Tanto se le liaron las cosas al religioso que, de algún modo, acabó fotografiándose su propio pene adornado con billetes y comida. No lo hizo una vez, que podría ser explicable (con mucho esfuerzo, sin duda), sino 250. Es el número de imágenes que encontró la Guardia Civil en su móvil, lo que indica que el hermano, además de agasajar con mimo su propio miembro, contaba con un móvil de envidiable capacidad.

Mucho se le tuvieron que liar las cosas, sin duda, para acabar enviando las fotos a una chica menor de edad. 16 años tenía la muy lianta cuando empezó la correspondencia telemática. Y el lío, como suele ocurrir en estos confusos casos, se lio todavía más, y la chica y el franciscano, el franciscano y la chica, acabaron practicando el coito en el coche y en hoteles y, ya que estaban, qué coño, por qué no en la sacristía. [quote]Todo lo inmortalizó el religioso con una sensibilidad, según cuentan los medios, más cercana a YouPorn que a Degas.[/quote]

Pero Quintela, hastiado quizá de tanto decorarse el pene y de practicar el coito en la casa del Señor, propuso a la muchacha introducir a una tercera persona en su aventura. La rutina, ya se sabe, es veneno para las parejas. Ella optó por llamar a un primo suyo que, entre otros atributos que los medios omiten, resulta ser discapacitado. Será que lo tenía a mano o que, puestos a sumergirse en el mundo de Sade, qué menos que lanzarse directamente a la obra de madurez.

Cuenta la benemérita que el franciscano inmortalizó a conciencia el episodio, y que hasta agasajó a los participantes con empanada y ginebra.

El sexo era consentido, según la chica, y remunerado, según ambos. Hasta 300 euros el pecado mortal. Dinero que aportaban, sin saberlo, las almas caritativas que visitaban al padre Quintela durante su peregrinaje hacia Santiago. El mismo dinero que el religioso se colocaba en el pene para sus bodegones fotográficos.

Ella me lio de mala manera, dijo el ser detenido.

Y tanto, padre. Vaya pedazo de liada.

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