Carta de renuncia de Benedicto XVI

Este blog ha conseguido, en exclusiva, la carta de renuncia del Papa Benedicto XVI. Por su interés, la reproducimos aquí traducida del latín:

Estimados cardenales:

Por la presente os hago partícipe de mi irrevocable decisión de abandonar mi actual cargo como representante de Dios en la Tierra en el plazo estipulado de 15 días desde esta comunicación.

Soy perfectamente consciente de la consternación que esto generará en algunos de vosotros, por lo que me gustaría precisar los motivos de mi renuncia con el fin de minimizar los rumores y especulaciones.

Si bien no tengo ninguna queja en lo que respecta a la remuneración y a la dietas (que siempre se me han pagado con exquisita puntualidad), debo decir que, desde hace unos años, me siento ciertamente decepcionado con el extravagante comportamiento de Dios Nuestro Señor.

No me malinterpretéis. El Universo y lo que contiene me parece un buen trabajo, nada que objetar a eso. El problema lo tengo con Dios. Por más que he tratado de atisbar -siquiera remotamente- su divina voluntad a través de mis profusos estudios teológicos, sigo sin tener la menor idea de lo que le pasa por la cabeza de ese Cabrón Pretencioso.

Sé lo que muchos de vosotros estaréis pensando: los caminos del Señor son inescrutables. A mis 85 años, sin embargo, creo estar en posición de pasarme eso por mis infalibles pelotas. No es nuestro inescrutable Señor quien tiene que plantarse en África delante de un montón de gente que muere de hambre y sida. Ese Puto Irresponsable ni siquiera tiene los huevos de ponerse delante de sus criaturas y decirles: “duele, ¿verdad?, pues me importa una mierda, qué os jodan, morid”. ¡¿Por qué coño tengo que hacerlo yo por él?!

No creáis que todo esto es fruto de un arrebato. Llevo años soportando esta mierda, pensando: no petes, Joseph, Dios te mostrará el camino. Pero no parece que a Dios le importe tres cojones ni mi camino ni el de nadie. Qué sé yo, a lo mejor ha cambiado de criaturas favoritas y ahora está provocando diluvios universales en otro planeta. O a lo mejor es solo que nuestro Creador es un sádico hijo de puta que disfruta viendo cómo jodemos este planeta y todo lo que contiene.

Sea como sea, entenderéis que, dado mi actual enojo con el Supremo Creador, lo más conveniente es hacer mutis por el foro y pasar el resto de mi vida plantando pepinos. Vosotros os podéis quedar con todo el oro y los palacios y los da Vincis. Procurad, eso sí, no arrancaros los ojos mientras os intentáis hacer con la silla que, mientras os escribo estas palabras, soporta mi santificado culo.

Os ruego, asimismo, que no me llaméis ni me escribáis aunque todas las magdalenas de la Tierra empiecen a rezumar sangre y Jesucristo aparezca flotando en el puto Monte Sinaí cabalgando un potro de fuego.

Nos vemos en el infierno.

Sinceramente,

Joseph Ratzinger.

Papa.

43 comentarios

Deja un comentario

Tu e-mail nunca será mostrado o compartido. No olvides rellenar los campos obligatorios (marcados con *) o conectarte.