Feliz 2012

Si sacas a un idiota en el Telediario el tiempo suficiente, tarde o temprano España lo elegirá presidente. La culpa la tienen los videojuegos y la pornografía, que han socavado los valores de nuestra sociedad provocando que la juventud haga cosas como Bankia y el aeropuerto de Castellón. No hay más que echar un vistazo a los papeles para descubrir dos cosas: (1) que la ideología ha muerto y (2) que la muerte es de derechas. También han muerto, pónganse en cola, los blogs, los sindicatos, el cine, el rock, el arte y la prensa.

Afortunadamente, los mayas tenían el mismo talento previendo el Apocalipsis que sobreviviendo. Desde el efecto 2000 ni el fin del mundo es lo que era. Las trompetas del Apocalipsis se fueron al garete en cuanto la gente empezó a compartirlas/robarlas en Napster.

Bienvenidos al siglo XXI, donde la banca ética es cualquiera que no te mate. Los perroflautas filocomunistas se sacan los ojos a posta solo para cabrear a los Mossos d’Esquadra. El Telediario modula un poquito la realidad, lo justo para que Amnistía Internacional no nos meta en la pestaña En Vías de Desarrollo. Si la policía carga contra estudiantes, el informativo de la cadena pública abre con un perro en patinete. Después de todo, la gente no ve televisión para deprimirse.

Melendi se ha convertido en una señora del Opus y Jordi Évole ya tiene los mismos Ondas que Jorge Javier Vázquez. Es una cuestión de entropía; el universo, ya sabes, tiende a lo paritario, no como esos horribles anuncios de Desigual donde una muchacha se casca un monólogo interior sobre lo intrincado que resulta en ocasiones el camino hacia el falo. La vida es chula.

Más allá de Higgs y Baumgartner, 2012 será recordado como el año en que Rajoy se quejó porque la realidad no se adaptaba a sus expectativas. Ese presidente Shakesperiano que, cual editorial de El País, tiene más fe en el mercado que en el ser humano. Y de camino al rescate, New York Times dice que somos una fotogalería en blanco y negro que rebusca en la basura. Ya nadie recuerda aquellos tiempos esplendorosos de mascotas con narices arcoiris.

Cataluña dice que Andalucía vive de las subvenciones, y la BBC replica que España entera lo hace. Los sindicatos llevan a negro la propaganda televisiva pagada con dinero público con una década de retraso. El Prozac pasa a ser copago y las facultades se convierten en generadoras de antimateria laboral. Buscar la cura para el cáncer es un capricho de extranjeros; si tiene usted talento para eso, está en el país equivocado.

La información ya no es rentable. Después de todo, ¿quién necesita un periodista teniendo Twitter? No sé, igual es que tenemos la percepción distorsionada tras tanta reforma educativa. Gracias a Dios y a Wert, Jesucristo ya ha vuelto a las aulas con los superpoderes habituales, lo mismo te camina por el agua que te multiplica los panes. Es normal, desde la publicación de Juego de Tronos, la fantasía heroica vuelve a estar de moda. Y los bigotes. Y que te pegue la poli. «Cuéntame» ya parece el Telediario con un filtro de Instagram.

La RAE no acepta ERE, pero sí canalillo entendido como comienzo de la concavidad que separa los pechos de la mujer tal como se muestra desde el escote. Las huelgas no arreglan nada, ni tampoco la violencia. Dice el Gobierno que entiende el malestar ciudadano, y que la mejor manera de sublimarlo es ver el anuncio de Campofrío cinco veces al día. Nuestros hijos (e hijas) nos preguntarán qué cojones pasó aquellos años, pero no les entenderemos porque nos lo preguntarán en alemán o en inglés. Críos, ya sabes.

Que tengas un feliz final de 2012. De 2013 mejor ni hablamos.

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